Empecé en la sumisión por casualidad. Una de mis primeras
parejas era un hombre sumamente autoritario. Viví un año de fantasía
mezclada con episodios de pesadilla. Hasta que un día me dí cuenta de todo.
Comprendí por qué él no quería oír hablar de palabras de
seguridad, el motivo por el que no me permitía ofrecer mi opinión sobre nada,
supe que las humillaciones sistemáticas que recibía no eran culpa mía. Mi
mundo, el hombre al que yo había entregado todo mi ser no era mi Amo. No era un
verdadero Amo, ni siquiera era un Dominante. Sólo era otro maltratador.
El maltratador envidia y anhela el poder el Amo, pero no
sabe utilizarlo más que para destruir, y nunca será un Amo de verdad pues éste tiene
a la Sumisa a su lado voluntariamente mediante un vínculo enriquecedor para
ambos,. El maltratador la anula como persona para mantenerla a su lado por
miedo.
Es un ser inseguro, asustado por el poder y el encanto que
posee la Sumisa.
Gracias a la gente que me quiere pude alejarme de él. Y
aprendí una lección muy valiosa. Ellos me abrieron los ojos.
Sus exigencias iban en contra de mi seguridad y mi salud,
sus castigos físicos eran desproporcionados y a veces sin causa aparente. Su
humillación verbal, constante. Después de una sesión, podía pasar semanas sin
dirigirme la palabra.
Él no es el Dom que yo quiero para mí. Él sólo quería
destruirme.
Por suerte, puedo decir que el Dom del que os hablo ha
quedado ya atrás, y sigo reafirmándome en mi deseo de ser sumisa, por varios
motivos:
Siento que nací para servir, disfruto haciéndolo y viéndo la
cara de satisfacción de una persona cuando le proporcionas placer o le resultas
de utilidad.
Ceder el control me da la más liberadora sensación de paz,
ponerme en manos de un Dom en quien confío y que sepa llevarme a mis límites
del placer y el dolor me hace sentir más viva que nada en este mundo.
Me gusta pensar que complemento al Dom, que le puedo hacer
sentir mejor y conocerse mejor a sí mismo. Que tal vez recordará nuestra experiencia
juntos con una sonrisa, o como hago yo, excitarse más tarde pesando en lo que
ocurrió.
Una de mis partes favoritas de la relación es, después de
una sesión, recibir un beso tierno en los labios, o la mejilla.
Disfruto del castigo moderado, me parece una forma de zanjar un problema o discusión bastante práctico. Puedo comprender que mi Amo se exceda a veces (no siempre), y adoro llevar Sus marcas, tanto si son de fúria como de pasión.
Señores nací sumisa y moriré sumisa. Espero que todos podamos disfrutar con ese hecho....
Pero si alguien quiere aprovecharse de ello..... sólo puedo decirle que mejor lo haga en otra parte!!
Por muchas razones.... quiero seguir explorando la sumisión..!!
Gracias por leerme, y feliz viernes!!!
Tu.sumisa.preferida
EntregadayExigente
EntregadayExigente
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMuchas gracias, Señor. ;)
ResponderEliminarSiempre será bienvenido aquí.
tu.sumisa.preferida
Entregadayexigente
Estimada, he seguido tu huella desde el blog de "Roxanne no te comparte". Este posteo tuyo aclara, de alguna forma, mi duda acerca de la verdadera motivación que hace a una persona ceder su poder a otro.
ResponderEliminarMuchas gracias