Anhela
neviosa la llegada de Su Señor.
Él ha estado de viaje unos días en el
extranjero, abordando varios conflictos importantes de su compañía.
El estará
cansado, confuso, probablemente enfadado, con ganas de ver a su Sierva pero
también apático... Han sido muchos días de deseo febril de su cuerpo, deseo no
satisfecho que le corre por las venas como veneno.
Ella
lo ha preparado todo. Le espera en Su apartamento, como Él le ordenó. Se ha
puesto “cómoda”, a los gustos del Señor, tal y como también se le pautó, y
viste un jersey amplio y corto pero cálido y unas sandalias de tacón...
Debajo,
la combinación de ropa interior que su Señor le envió estando fuera, espera a
ser descubierta...
El cabello
de ella está recogido en una coleta alta, y luce pulcramente ordenado, su
maquillaje, discreto, está aún impoluto.
El
vino aguarda en la nevera, las copas preparadas para el brindis inminente. Ella
ha preparado también varias botellas de agua.. sabiendo que al Señor le gusta
tenerlas cerca...
Minutos
antes de que él llegue, el repartidor le ha servido varias bandejas del mejor
sushi de la ciudad... Y ella ha disfrutado, aún sin haber probado nada, sólo
con imaginarse cenando junto a Él, a los pies de Él, en sus rodillas... Con Él,
en Su presencia... Sólo eso le importa....
Cuando
Él llega al apartamento no dice nada.
Una música tenue llega del comedor...
lleno de velas y varias flores...
Ella se ha incorporado de su asiento y, con
la espalda pegada a la pared de la puerta de entrada y sin levantar la vista,
pregunta a Su Amo si puede ayudar con las bolsas.
Él
las deja sobre una silla cercana y le dice que ya harán eso más tarde, que eso
puede esperar.
La sujeta firmemente por los hombros, toda la fragilidad de ella
expuesta, y luego levanta con un dedo su barbilla y obliga a mirar al Señor a
la cara mientras Él ordena:
-Arrodíllate
y besa mis zapatos, Sierva... Si es que de verdad quieres hacerme ver que me has echado de menos...
tu.sumisa.preferida
EntregadayExigente